martes, 2 de abril de 2013

A PESAR DE MIS DUDAS


Aunque digo ser cristiana
la religión no practico,
no soy de misas diarias
ni siquiera, de domingos.

No me confieso hace un siglo
ni  tomo la comunión
pero tu sabes Señor,
que yo te llevo conmigo.

Se que peco de pereza
para asistir a tu iglesia
como es mi obligación,
pero aunque de tarde en tarde
cuando entro por sus puertas,
lo hago con  devoción.

Soy consiente, de que a veces,
se crean dudas en mi mente
de que existas en verdad,
y que le temo a la muerte
mas que por perder la vida
por si después de que muera
no te pudiera encontrar.

Se que dudo de la Biblia
al leer muchos pasajes
a los que no hallo cordura,
pero a pesar de mis dudas
mi fe por ti sigue viva.

Creo que naciste y viviste
en este mundo en su día
que andantes por los caminos
predicando tú doctrina.

Que muy pocos  comprendieron
tus palabras tan divinas,
que por salvar nuestras almas
no dudaste en dar la vida.

Por eso cuando te veo
en esa cruz suspendido,
tu cuerpo lleno de llagas
con tu cara ensangrentada
por la corona de espinas
y veo tus pies y tus manos,
con dolor y rabia digo:


¡Quien pudiera! haber luchado
contra aquella injusta gente,
y haber podido librarte
del martirio y de la muerte.

¡Quien pudiera!  haber estado
aquel día en el calvario,
y arrebatarles los clavos
que al madero te clavaron.

¡Quien pudiera! haber parado
aquella lanza asesina
que  atravesó tu  costado.

¡Quien pudiera Señor mío!
haber podido hacer algo
para salvarte la vida.


Ana Mª Catalá Ricarte

5-3-2013


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